El riesgo que emana de las cuñas y que nadie tiene en cuenta

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En el ámbito de higiene hospitalaria y de prevención de infecciones, desde hace mucho tiempo se le conoce a nivel internacional como la «Reina de las cuñas»: Gertie van Knippenberg-Gordebeke. La especialista en higiene de la ciudad neerlandesa de Venlo, propietaria de la empresa consultora «KNIP Consult», es una ponente siempre bien- venida en conferencias y congresos internacionales. Pero también elabora planes de higiene para hospitales de Sudamérica y realiza sus propios estudios para impulsar su deseo de que el manejo de los excrementos de los pacientes y, por ende, de los utensilios de los pacientes, sea más seguro. 

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Con motivo de la presentación de pósteres en la conferencia más reciente de la International Federation of Infection Control (IFIC) celebrada en Malta, Gertie van Knippenberg dio a conocer los resultados de su ensayo. Realizó uno de sus estudios con la finalidad de determinar, a nivel mundial, la forma en la que se manipulan los utensilios de los pacientes. El resultado reveló que en este terreno sigue siendo im- prescindible una continua labor educativa. El trabajo cotidiano aún se caracteriza por hábitos y costumbres, en lugar del cum- plimiento de instrucciones y di- rectivas. Y Gertie van Knippenberg constata que muchos de sus colegas dedicados a la asistencia de enfermos no saben que el manejo de cuñas y botellas de orina representa un proceso lleno de riesgos.

Encontrará el póster de Gertie van Knippenberg como suplemen- to de este número de la revista «Hygiene for the World». Además, hablamos con la experta sobre sus experiencias y los resultados de sus investigaciones.

Pregunta:
Hace ya mucho tiempo que aboga por que los utensilios de los pa- cientes dejen de evaluarse como «no críticos», como lo prevé la lista de Spaulding. ¿Por qué es tan importante?

Gertie van Knippenberg-Gordebeke:
Las cuñas entran en contacto con la piel del paciente. Y la piel de los pacientes de mayor edad o que quizá padezcan de úlceras de decúbito, o la piel de pacientes que tienen una herida de una operación, no es una piel intacta, y mucho menos la piel de aquellas partes del cuerpo que entran en contacto con las cuñas. Pero hay muchas otras diferencias más entre las cuñas y otros productos médicos no críticos, como, por ejemplo, el esfigmomanómetro. La cuña se utiliza en la región perineal, en donde hay una can- tidad extraordinariamente elevada de bacterias y, por consiguiente y bajo determinadas circunstan- cias, también gérmenes patógenos multirresistentes. Todos estos son factores que hablan a favor de una clasificación de las cuñas como productos médicos semicríticos. Y la lista de Spaulding hace caso omiso del hecho de que las cuñas se tienen que vaciar. Los demás materiales no críticos no presentan ningún proceso similar a este.

Pregunta:
¿Cuál sería la consecuencia si no se consigue esto?

Gertie van Knippenberg-Gordebeke:
Todo quedaría igual, lo que sería un riesgo enorme para los pacien- tes. También por el hecho de que entonces el lavado manual podría considerarse como no problemá- tico. La norma ISO 15883, por lo menos, ha avanzado un poco más, pues prevé que, en la medida de lo posible, las cuñas se traten de forma mecánica.

Pregunta:
¿Por qué no hay reglas internacio- nales que regulen la gestión de los utensilios de los pacientes?

Gertie van Knippenberg-Gordebeke: Mientras no se «divulgue» a nivel mundial que en caso de una infección de Clostridium difficile o de otros gérmenes patógenos es conveniente tratar las cuñas en máquinas de limpieza y desinfec- ción, probablemente no podremos responder a esta pregunta. Puede ser que simplemente se deba a que nadie lo tiene presente. Y ha tarda- do mucho hasta que la higiene hospitalaria y la higiene de manos llegaran a cobrar la importancia que ahora tienen. Pero algo se está moviendo. Canadá y Chile, por ejemplo, han establecido por fuer- za de ley el empleo de máquinas de limpieza y desinfección o de maceradores. En Holanda tenemos una directiva estricta para lava- cuñas, sobre todo, en el tratamien- to de brotes de gérmenes multi- rresistentes. Un problema muy profano es el hecho de que hay tantos tipos de cuñas.

Pregunta:
¿Qué problema conlleva esto?

Gertie van Knippenberg-Gordebeke:
Hay utensilios sin asa y con borde plegado hacia el interior. En estos casos las enfermeras no tienen otra alternativa más que meter los dedos en los recipientes llenos. Esto plantea inmediatamente la pregunta de cuándo se tienen que cambiar los guantes. ¿Después del contacto con el paciente y antes de llevar afuera la cuña? ¿Antes de abrir la máquina? ¿Después?

Pregunta:
En su póster menciona que entre el 4 y el 21 % de las infecciones hospitalarias se deben al manejo inadecuado de los utensilios de los pacientes. ¿De dónde vienen estas cifras?

Gertie van Knippenberg-Gordebeke:
De mi propia encuesta que hice en el año 2010. En aquella ocasión envié un formulario a mis colegas en hospitales de todo el mundo y de las respuestas determiné esta cifra alarmante.

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Gertie van Knippenberg-Gordebeke aboga por que los utensilios de los pacientes sean clasificados como productos médicos semicríticos. En tal caso, sería absolutamente indispensable la limpieza en una máquina como la que se aprecia en esta fotografía. Foto: Meiko 

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