Su código cultural es: «¡Salvar vidas!»

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Quiere devolver a las personas lo que él mismo recibió cuando se mudó de su India natal a los Estados Unidos: la oportunidad de una vida mejor. El Dr. Chandrakant
S. Ruparelia (en la foto) es médico y Senior Technical Advisor [asesor médico principal] en la organización de la salud internacional sin ánimo de lucro Jhpiego, que está adscrita a la Universidad Johns Hopkins y que tiene su sede en Baltimore.

La organización está presente en más de 50 países y lucha contra las muertes evitables de mujeres y sus familias. La familia de Chandrakant S. Ruparelias también vive en Baltimore. Sin embargo, pasa la mayor parte de su tiempo viajando. Se siente prácticamente en casa en el continente africano. Sin embargo, de vez en cuando, también trabaja en la India, pero siempre donde las mujeres y los niños luchan por sus vidas, ya sea en el contexto del VIH/SIDA, las enfermedades de madres e hijos o la prevención y el control de infecciones. Jhpiego se emplea a fondo desde hace 40 años en un cometido: salvar vidas. La redacción de «Hygiene for the World» habló con Chandrakant Ruparelia durante la conferencia ICPIC en Ginebra sobre su trabajo y su organización.

Pregunta: ¿Por qué Jhpiego se preocupa principalmente de las mujeres? ¿No sería más lógico empezar con los hombres, ya que estos son los que tienen el poder con más frecuencia en las familias en los países en vías en desarrollo?

Chandrakant S. Ruparelia: Es cierto que hacemos mucho por las mujeres: informamos sobre la anticoncepción, intentamos hacer que los partos sean más seguros, reducir la mortalidad infantil y prevenir el cáncer cervical. Pero eso no quiere decir que los hombres no puedan beneficiarse de nuestro trabajo. También animamos a recurrir a nuestros servicios y a obtener el mayor beneficio de los mismos. Por supuesto, también necesitamos la aceptación de los hombres en la labor que realizamos para las mujeres. Buscamos constante- mente maneras para incluirles. Esta es una parte muy importante de nuestro trabajo en todos los países. En Nigeria, por ejemplo, designamos a asesores de salud que son hombres para discutir la planificación familiar con los esposos y los parientes varones y en la India los hombres son el primer punto de contacto sobre esta cuestión. Les explicamos la importancia de una distancia adecuada entre los partos para la madre, el bebé y la familia entera.

Pregunta: Usted mismo procede de la India y trabaja con frecuencia en este subcontinente. A diferencia de África, los estándares aquí ahora son muy diferentes. ¿Qué significa para usted su trabajo?

Chandrakant S. Ruparelia: Adaptamos los estándares en función de la situación que nos encontramos en nuestro trabajo. Sin embargo, somos inflexibles cuando se trata de la aplicación de las mejores prácticas basadas en evidencias científicas sólidas. La India ha evolucionado en los últimos diez años a un ritmo verti- ginoso pero aún queda mucho por hacer. Muchas instituciones privadas ya han alcanzado un nivel muy alto en la atención sanitaria y en la higiene y parece que los centros de salud pública van a seguir también este rumbo.

Pregunta: ¿Hasta qué punto es difícil hacer que se muevan las cosas en el ámbito de la atención sanitaria en estos países?

Chandrakant S. Ruparelia: Hay que superar grandes obstá- culos para lograr un consenso político, como en casi todos los países. ¡La única estrategia posible se debe basar en que un sistema quiera cambiar de verdad!

Pregunta: Una de sus principales tareas es la de mejorar el control de la infecciones. ¿Trabaja en este campo con la OMS?

Chandrakant S. Ruparelia: Utilizamos las directrices técnicas de la OMS para alcanzar los estándares. Pero esto lo hacemos básicamente en todos los países en los que operamos. La OMS es siempre nuestro socio a nivel técnico.

Pregunta: Sus objetivos son la educación, lograr cambios en el comporta- miento y la transmisión de conoci- mientos a través de los cursos de «formación de formadores». Sin embargo, su opinión es que solo se pueden lograr resultados significativos si se sabe cómo tratar el «código cultural» de la población de un país. Supongo que sabe cómo las personas reaccionan a ciertos temas…

Chandrakant S. Ruparelia: Eso es cierto. Si queremos cambiar el comportamiento en el ámbito de la atención sanitaria en un país en vías de desarrollo, tenemos que adaptar nuestra comunica- ción, nuestros mensajes al código cultural con la mayor eficiencia posible. Es por ello que recomien- do encarecidamente a todo el mundo el libro The Culture Code de Clotaire Rapaille. El antropó- logo y experto en marketing ha demostrado a muchas empresas, por qué vivimos así, compramos y amamos de la manera en que lo que hacemos y por qué otros pueblos se comportan de forma completamente diferente. Si considerásemos estos conocimientos en nuestras actividades médicas y de ayuda al desarrollo, muchos de nuestros esfuerzos tendrían sin duda más éxito.

Pregunta: ¿Nos podría dar un ejemplo al respecto?

Chandrakant S. Ruparelia: ¡Basta con echar un vistazo a un barrio pobre indio! ¿Cuál cree que puede ser el papel de la higiene de manos si ni siquiera tienen agua potable? Tenemos que averiguar cómo podemos ayudar a la gente para que pue- dan practicar la higiene de manos incluso en estas circunstancias. Y para ello tenemos que conocer el código cultural que determina su comportamiento en relación con la higiene de manos.

Pregunta:¿Cuál es su «código cultural» personal?

Chandrakant S. Ruparelia: ¡Lograr un impacto y salvar vidas!