Probablemente, el tratamiento manual de utensilios sanitarios se prohibirá poco a poco

men_05

Jim Gauthier cuenta con una carrera sin igual de especialista en higiene.
El «Infection Control Practitioner» del Providence Care de Kingston, Ontario (Canadá), también es responsable en dicho hospital de la capacitación profesional, la vigilancia y la gestión de brotes y, desde 2007, es profesor de la Present Queen’s University. Y Jim Gauthier no es un desconocido en el foro internacional de la higiene hospitalaria. Hace poco, dio una conferencia en el congreso más reciente de la International Federation of Infection Control (IFIC) en Malta. Su tema fue la atención aún insuficiente dedicada
a la eliminación de excreciones humanas. Hablamos con el experto sobre la importancia que tienen los especialistas en higiene en Canadá, sobre las directivas y sobre sus deseos en cuanto a una higiene hospitalaria segura. 

Pregunta:
¿Cómo es la situación en Canadá? ¿Qué tan difícil es encontrar per- sonal cualificado para el cuidado de enfermos y ancianos?

Jim Gauthier:
En general, no es muy difícil. En Canadá, más bien nos vemos obli- gados a enfrentarnos al problema de la falta de médicos. Sin em- bargo, hay una excepción: los especialistas en higiene son muy escasos. Básicamente todo el personal de enfermería, las enfer- meras y los asistentes técnico-sani- tarios dedicados a la asistencia de enfermos pueden ostentar el título de especialista en higiene. Mientras dominen los fundamen- tos y amplíen sus conocimientos se les considera especialistas en higiene. En Norteamérica hay una certificación reconocida deno- minada CIC («Certified in Infec- tion Control»), la cual certifica conocimientos mínimos en mate- ria de control de infecciones.

Pregunta:
¿Depende esto del hecho de que un especialista en higiene no tiene ventajas reales en el trabajo cotidiano?

Jim Gauthier:
¡Correcto! Las enfermeras no ganan más si realizan las tareas de los especialistas en higiene. La única ventaja es que los horarios de trabajo son un poco más agradables, dado que las labores generalmente se efectúan durante las horas normales de trabajo y no los fines de semana. Sin embargo, algunos especialistas en higiene tienen turno de guardia.

Pregunta:
En su conferencia con motivo del congreso IFIC en Malta (“VRE and CDI…soiling of the environment… time to stop”) habló principal- mente sobre el tema de la elimi- nación de los excrementos de pa- cientes, que en el ámbito de la sanidad frecuentemente ocasionan contaminaciones. En Canadá se aplican varios métodos al respec- to: los maceradores para eliminar utensilios sanitarios desechables o los desinfectadores térmicos para utensilios reutilizables. En algunos lugares, los utensilios sanitarios incluso se limpian a mano. ¿Por qué no se ha estandarizado este proceso?

Jim Gauthier:
Una estandarización seguramente sería conveniente, y lamentable- mente no le puedo decir por qué no se ha implantado desde hace tiempo. Mirando de cerca la forma en la que la Canadian Standards Association (CSA) está desarro- llando sus decisiones, podemos deducir que el tratamiento manual de utensilios sanitarios probable- mente se prohibirá paulatinamen- te. Así, por ejemplo, de los cuartos sépticos se dice lo siguiente:

«(o) Para limpiar las piezas no se utilizarán tubos pulverizadores. Los dispositivos empleados para eliminar la suciedad gruesa de- berán reducir a una cantidad míni- ma la aerosolización de partículas en suspensión.

(r) Para los desechos de los pa- cientes se pondrán a disposición los dispositivos de eliminación co- rrespondientes (p. ej. maceradores o pilas con enjuague lateral). Si se emplean pilas cónicas, es necesario que estas estén diseñadas de modo que recojan todas las gotas. Los elementos de mando tienen que estar dispuestos de manera que no entren en contacto con la suciedad. (s) Se pondrá a disposición un desinfectador que se ajuste al desarrollo funcional.»

Por lo demás, soy de la opinión de que las labores de limpieza no forman parte de las competencias principales de la asistencia sanitaria.

Pregunta:
Mientras no haya directivas de la CSA, ¿quién decide cómo se han de tratar los utensilios?

Jim Gauthier:
Esto se maneja de forma muy variada en las diferente provincias de Canadá, y en ello radica el verdadero problema.

Pregunta:
En su función de especialista en higiene frecuentemente se le pide que hable en eventos celebrados a nivel local, regional o nacional sobre el tema de la prevención y el control de infecciones. Además colabora con las autoridades pro- vinciales y federales en materia de educación y homologación pro- fesionales. ¿Significa esto que se atribuye mayor importancia al tema del control de infecciones? ¿Cómo ofreció sus servicios para esta tarea?

Jim Gauthier:
Como especialista en higiene que trabaja in situ es muy difícil influir sobre la sanidad a nivel federal. Por esta razón, no creo que haya cambiado la importancia que tiene el control de infecciones. Además, después de la aparición del SARS, todos los niveles admi- nistrativos revisaron las medidas de control y prevención de infec- ciones. Llevo trabajando ya 25 años en mi profesión y también me dedico a dar clases. Por lo visto, ya todo mundo se ha enterado de que sé muy bien de lo que estoy hablando. Y puede ser que mi sentido del humor contribuya a que la gente se acuerde de mis conferencias…

Pregunta:
Si tuviera tres deseos, ¿qué pediría?

Jim Gauthier:
Desearía una mayor estandari- zación por parte del gobierno de nuestra provincia. Se debería dar más importancia a las reco- mendaciones de los subcomités de los distintos ministerios. En vista del hecho de que la población es cada vez mayor, es fundamental facilitar mucho más dinero para los empleados a tiempo completo. Mi mayor deseo es tener disponibles fondos suficientes para renovar nuestra infraestructura, en parte obsoleta.

Pregunta:
Con el aumento de la resistencia antibiótica nuestras armas en la lucha contra las enfermedades infecciosas son cada vez más dé- biles. ¿Qué significa esto para usted como especialista en higiene?

Jim Gauthier:
Necesitamos mejores estrategias para el empleo racional de anti- bióticos (antibiotic stewardship). A tal efecto, cada vez más ins- tituciones canadienses cuentan con programas y colaboradores especiales, pero estas medidas serían necesarias a nivel mundial. De momento solo hay un enorme vacío. También tenemos que pro- teger aún más el medio ambien- te de los excrementos de los pa- cientes, pues es justo en ellos donde en la mayoría de los pa- cientes se encuentran los orga- nismos resistentes. Por último, hay que mencionar que también la higiene de manos de los pacien- tes es un componente que no se debe subestimar cuando se trata de la seguridad de cada uno de nosotros.

img_08